martes, 18 de marzo de 2014

Periodismo de pesebre


 En este artículo, escrito para la Universidad de Baleares, mi amigo El Cardenal, da un repaso al periodismo de Tragapanes y Estómagos Agradecidos...


De cómo el periodismo actual puede estar sometido

Cardenal (Agencia) GRX. El habla es un arma de inigualable eficacia pues, al mediocre y envidioso que la posee lo convierte en un erudito e inteligente “Intelectual”, al encontrarse en una situación privilegiada, frente al que está privado de ella  ya que no le pueden responder a los desatinos que habla y si se le escribe una nota, con tirarla a la papelera ha zanjando la cuestión frente a los demás, y lo que diga siempre prevalece al no obtener la contestación adecuada en el justo momento de producirse el descalabro. 

Cuestión similar ocurre con el periodismo, cuando se realiza correctamente es una ayuda de incalculable valor para la Sociedad pues crea opinión que es cosa seria donde las haya. Sin embargo, en el Periodismo, los hay que miran más al pesebre que contiene el frangollo que en el beneficio que aportan a la Sociedad sirviendo de colchón entre las distintas clases que la conforman; Obreros y Patronos, Administrados y Administradores… La cuestión, para estos, pudiéramos denominar “Pesebreros”, es que el pesebre siempre esté lleno a costa de lo que encarte.


 
http://hpensamiento.files.wordpress.com/2014/03/periodismo-de-pesebre.pdf  
 ¿Cuántas veces vemos o, mejor dicho, leemos en ciertos medios de comunicación u oímos e tertulias televisiva o radiofónicas burradas como el templo de Salomón y nadie pestañee y yo pediría que el que pestañee sea otro cualquier Periodista, pero Periodista con Mayúsculas, con tal de enderezar el renglón que este Truhán, falto de responsabilidad, había torcido. Cosa ¡Impensable! por la inclinación abusiva a la solidaridad interna con el congénere que, dicho en Román Paladino, se le denomina Corporativismo: “Perro no come carne de perro”. Me entristece ver y oír, en comentarios  vertidos en tertulias televisivas y radiofónicas como, el periodista de turno, demuestra con altanería chulesca la supina ignorancia  que presume tener con su “Acreditada” intelectualidad basada en un currículo obtenido por haber realizado el gamberro durante cierto tiempo en la calle bajo una pancarta, rompiendo mobiliario público, acariciando perros vagabundos y defendiendo unos derechos humanos que ya están tan devaluados que, incluso, se les han otorgado a los Simios y, tras cierto tiempo, remodelarse al darse cuenta  que había que cambiar de indumentaria y comportamiento para que el frangollo cayera en su pesebre.

A esto yo le llamo falta de Responsabilidad apoyándome en lo que con anterioridad decía; el periodista “Crea” opinión, es un “Creador” de algo que no existía y que debe modelar para, tras pensar, transmitir lo que hay detrás de lo que les muestran ante sus ojos pues ahí es donde se encuentra verdaderamente la Noticia y no en lo que les ponen delante para que vean o les susurren en el oído para que transmitan. Por un lado si nos ceñimos a lo que hemos visto, todo el mundo lo ha visto o se corre de boca en boca y en cuanto lo segundo es lo verdaderamente importante pues, por regla general nadie se toma la molestia en analizar, pensar, examinar lo visto que es la noticia; o sea, ver lo que nadie ve pues el árbol les impide ver el bosque. Claro está que se vive mejor escribiendo lo que le dictan a uno o, a veces, se lo dan ya escrito solo lo pasan a la firma, condición para que el pesebre continúa lleno de frangollo; ahorrarse el trabajar lo que, con plena responsabilidad, el Periodista, va a firmar y publicar; claro que es más cómodo y rentable a corto plazo. ¿Cuántos han quedado en la cuneta, por el uso de esta mala costumbre?

Lo que escribo en estos momentos, no es que me lo hayan contado, yo puedo decir lo que pocos: “¡Yo estaba allí!”. He visto y vivido correrías, en años difíciles con grandes periodistas [Yo no lo soy], desde sus prácticas en Madrid hasta su jubilación; claro está que aquello si era periodismo donde se jugaba el físico, tras la noticia de primera mano, pues podía caer un cenicero desde el piso superior de la Facultad de Derecho de la Complutense. Y el beneficio que obtenían, como Alumnos en Prácticas, eran unos golpecitos en la espalda y el célebre: “Continúa muchacho, que vas bien”. Los recuerdo con el cariño que merecen.

0008Esos periodistas, los que yo recuerdo, han sentado Cátedra haciendo buen periodismo pero, sin embargo, otros que también los había, al no ser los tiempos actuales del pesebreo terminaron en la cuneta que es el lugar más apropiado para quien juega con los sentimientos de los Ciudadanos e incita a la creación de una falsa opinión Social, fustigando en lugar de intentar calmar las contiendas entre las diferentes clases Políticas y Sociales que compone el conjunto de la ciudadanía y creando una Opinión en la Sociedad que mantenga el contrapeso los dos platillos de la balanza que pudríamos denominar Bienestar Social. Todo sería un ir sobre rieles de seda cuando el periodista, como sujeto activo de derecho reconociera y aceptara las consecuencias del hecho realizado en libertad plena; a eso le llamo yo Responsabilidad, pero claro esa palabra no tiene valor de mercado en el día de hoy gracias, en la mayoría de los casos, al Corporativismo existente dentro de la profesión. Basta con que un periodista meta la pata hasta la ingle, para que salga una caterva, la de los pesebreros claro está, en defensa de lo indefendible y de inmediato salga a relucir la célebre frase “Libertad de expresión” que es la fórmula más socorrida para cobijarse bajo el manto de la irresponsabilidad ¡Vamos!, como si los demás no tuvieran esa misma libertad y solo fuera exclusiva de los periodistas y otros autodenominados “Intelectuales”. Un Periodista se debe a un código, no escrito, que se denomina Moral, Ética y Veracidad sin ellas no puede conseguir para lo que ha elegido esa Profesión que es dar un excelente Servicio a la Sociedad, aunque tengan el carné de Periodista no dejan de ser, realmente, unos “Tragapanes” con carné que los acredita.

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