domingo, 27 de enero de 2013

Ni de Flick ni de Flock

Extraido de la Cronica de El Mundo


... Como apunta Carlos Segovia, el periodista de EL MUNDO que destapó el escándalo, el objetivo de crear a Amy Martin para Carlos Mulas sería obtener un sobresueldo. Así el director de la fundación del PSOE ha destruido la reputación de un organismo trascendental para el futuro de su partido. Tanto por las ideas que aporta como por el dinero.

 Es necesario recordar que desde su nacimiento las fundaciones, tanto la del PSOE como la del PP (Faes), han buscado eso, captar financiación para sus partidos. Desde el inicio de la Transición los partidos políticos se rompieron los sesos buscando distintas fórmulas económicas para financiar sus actividades. Las cuotas de los militantes no daban en la mayoría de los casos ni para pagar la luz. Así que la única alternativa que les quedó fue acudir a las ventanillas de los principales bancos para endeudarse hasta las cejas. Nunca han existido datos oficiales.

Pero en 1986, una vez amortizado el escándalo del caso Flick [Ver apoyo], los partidos reconocieron públicamente sus deudas para justificar la necesidad de recibir subvenciones. El PSOE acumulaba una deuda de más de 5.000 millones de pesetas. Mientras que Alianza Popular señaló que su endeudamiento superaba los 3.000 millones. Fueron las deudas reconocidas, aunque se sabían que habían mucho millones condonados por grandes banqueros... El escándalo Flick obligó a los partidos a abrir una comisión de investigación. Las conclusiones fueron claras: para evitar el endeudamiento con los bancos y las ayudas extranjeras con fundaciones o partidos foráneos, lo lógico era elaborar una Ley de Financiación de los Partidos Políticos, que finalmente fue aprobada en 1987, cuando Irene Zoe Alameda y Carlos Mulas apenas tenían 13 años.

Esta normativa prohíbe de forma específica a los grupos políticos recibir donaciones de empresas que tengan contratos en vigor con la administración o ingresar donaciones superiores a los 100.000 euros de una misma persona. Hecha la ley, hecha la trampa porque los contratistas del Estado no pueden financiar directamente los partidos, pero sí pueden dar dinero a sus fundaciones. Otra norma incentiva la financiación de los partidos a través de las fundaciones. Según la Ley de Mecenazgo todas las donaciones tienen una deducción fiscal del 25% cuando se trata de personas físicas y de un 35 % en el Impuesto de Sociedades.

«TRAMAS DE CORRUPCIÓN»

La triquiñuela es tan evidente que hasta los propios políticos lo han denunciado. En 2009, el año en que Amy Martin fue aceptada como colaboradora de la Fundación Ideas, la responsable de Cultura del PSOE, Ana Noguera, lo explicaba sin tapujos: «Las fundaciones son las cajas B donde no se puede enseñar ni explicar lo que se hace y sirven de caldo de cultivo para posibles tramas de corrupción, como ya se han dado».

Las denuncias de la dirigente socialista iban bien encaminadas. Las dos principales fundaciones de nuestros dos grandes partidos han cumplido esa función. La Faes (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales) se constituyó en Madrid el 11 de noviembre de 2002. Para ello se integraron cinco fundaciones vinculadas al Partido Popular: Fundación Cánovas del Castillo, Popular Iberoamericana, Popular Iberoamericana de Análisis y Estudios Sociales, Popular Iberoamericana de Estudios Europeos y el Instituto de Formación Política. La Fundación Ideas para el Progreso fue creada en abril de 2008 integrando a las antiguas fundaciones ligadas al PSOE: Pablo Iglesias, Ramón Rubial y Jaime Vera (este proceso aún no ha acabado).

Las fundaciones vinculadas a los partidos tienen que presentar sus cuentas, sus memorias, someterse a una auditoría externa y mandar su contabilidad al Tribunal de Cuentas. Así lo hacen, pero la mayoría de las veces como un mero trámite formal… Tanto la Faes como Ideas tienen una doble financiación: pública y privada. Se calcula que en este aspecto son muy parecidas: el 60% de su presupuesto proviene de fondos públicos y el 40% restante son aportaciones privadas.

Como las aportaciones privadas dependen del interés del donante, las cantidades varían según se resida o no en el Palacio de La Moncloa. Pero lo mismo sucede con las distintas subvenciones públicas. Por ejemplo, respecto a las ayudas otorgadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores (Secretaría de Estado de Cooperación Internacional para Iberoamérica) tanto en 2011 como en 2010 (los últimos dos años del Gobierno socialista de Zapatero) las recibidas por Ideas y por Campalans (ligada al PSC) sumaron una cantidad próxima a los 1,1 millones de euros (en estos dos años Ideas le pagó a Amy, 50.000 euros). En ese mismo periodo, la Faes recibió una cuantía en torno al millón. En el 2012, primer año de la era Rajoy, una vez efectuado los recortes y ajustes presupuestarios, Faes recibirá 529.849 euros, mientras que Ideas, más o menos la mitad: 238.510 euros. Respecto a los apoyos económicos otorgados por el Ministerio de Educación y Cultura y Deporte durante el 2012 a las Fundaciones políticas son las siguientes: Faes recibirá 1.188.071 euros, mientras que las fundaciones del PSOE (Ideas, Pablo Iglesias y Campalans) recibirán 765.713 euros.

Ahora están en el punto de mira las del PSOE. No sólo por Amy. Son 600.000 en subvenciones que se han utilizado para pagar a «empresas de amigos y parientes de dirigentes del PSOE», como ha denunciado EL MUNDO. Han sido capaces de jubilar a la histórica Elena Flores del Instituto Pablo Iglesias -adscrito a Ideas- y poner al cuñado de Elena Valenciano, Daniel Yates. Una decisión tomada en 2011 que causó un cataclismo interno en su momento, ya que Flores ha sido una de las mejores aliadas del ex presidente Felipe González (quien también comparte libro con Amy). Ahora la guerra interna es mayor al conocerse que es la hermana de Elena Valenciano, Paloma, con su empresa de traducción, quien ha llegado a facturar 150.000 euros a Ideas, que el año pasado tuvo un ERE que afectó al 75% de la plantilla. La hermana, el cuñado y una alta dirigente del PSOE ....


El 'caso Flick' fue una gran trama de corrupción orquestada por el empresario alemán Fredrich Karl Flick, quien sobornó a políticos del Bundes tag a cambio de cuantiosos beneficios fiscales. La trama se ex ten dió a Espa ña ya que la Fundación Friedrich Ebert, próxima al Par ti do Socia lis ta alemán, destinó donaciones de Flick por valor de un millón de marcos para financiar al PSOE a través de las funda cio nes Pablo Iglesias y Largo Caballero. La ramifi ca ción española se conoció cuando el diputado socialdemócrata Peter Struck declaró en 1984 que otro diputado del mismo partido le habría entregado un millón de marcos a Felipe González. Así nació la célebre frase del presiden te: «No he recibido ni un duro, ni una peseta, ni de Flick ni de Flock». El Congreso le absolvió.

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