domingo, 12 de julio de 2015

Lección de Historia para Descerebrados.

     
De mi Amigo José Alberto:

      Con un pie puesto en el estribo, como escribía D. Miguel de Cervantes, me llenan la sesera recuerdos que perturban mi ánimo y me inducen a una gran desazón.

      ¿Cómo podía yo figurarme que, con el paso del tiempo, los españoles se iban a avergonzar de haber poseído el más grande de los Imperios habidos en la Historia, y que iba a parir a unos descerebrados que iban a intentar reescribir la historia dando media vuelta del revés a lo ocurrido hace más de 500 años.

      Se atreven a responsabilizarnos, a nosotros, de una masacre humana con respecto a los Indios del los territorios de Ultra Mar. Quien apoye esto debería documentarse plenamente pues pululan unos libros (Están compuestos por tres tomos, yo tengo uno en mi biblioteca) que se denominan: “RECOPILACIÓN DE LEYES DE LOS REINOS DE LAS INDIAS” Dictadas por el Emperador Don Carlos II y que no tienen desperdicio alguno. Por lo pronto España es la primera Nación o Imperio, como se quiera denominar en la que la esclavitud es abolida.

      Las masacres a que se refieren estos descerebrados se realizaron en unas luchas con armas defendiendo cada cual el palote que sustenta su cabeza y no masacrando a los propios, de los pueblos vecinos, a los que hacían prisioneros en lo que ellos denominaban “Guerra Florida” que no tenía más objetivo que tomar cuantos más prisioneros mejor, para ser asesinados en alabanza a sus Dioses. No eran unos cuantos sino decenas de miles y en casos comiéndose los cadáveres, o sea practicando el canibalismo, la documentación de la época así lo atestigua.

      Que malos fueron los españoles de la época por refrenar estas actitudes tan progresistas. Lo que deberían haber hecho, los Españoles, es lo que hicieron los primeros que desembarcaron en las costas de EE.UU. con los habitantes autóctonos; cepillándorselos a las bravas y quitárselos de en medio; implantándose en sus propiedades, repartirse unas tierras que no eran suyas y realizar todo tipo de desmanes habidos y por haber, incluyendo el corte de cabelleras y orejas como trofeos de caza. Si hoy en día queda algún Indio autóctono se encuentra en una “Reserva” léase “Empalizada para el ganado” para que no se extinga la especie pues sería de muy mal gusto que se proteja la mariposa del Orinoco mientras tanto se extinguen los Indios de USA. Y el Papa Francisco pidiendo perdón por lo que hizo la Iglesia en esos tiempos de conquista armada. Es de escándalo , al menos así lo veo yo.

domingo, 5 de julio de 2015

13 señales de que puedes estar desperdiciando tu vida

21213
Cuando eras sólo un niño, ¿querías llegar a ser un astronauta, un cantante o un ingeniero? Si es así, ¿cómo se cumplieron tus sueños? Ojalá hayas tenido éxito y estés viviendo la vida que siempre quisiste. Pero para el resto de ustedes que no lo están haciendo, aquí les mostramos 13 indicios de que podrías estar desperdiciando tu vida… pero no quieres admitirlo:

1. Pasas demasiado tiempo haciendo cosas que no deberías estar haciendo.

Gastas tu tiempo en internet, jugando videojuegos y viendo televisión, comes mucha comida y bebes mucho alcohol; la lista es interminable. Mira seriamente tu vida. ¿Dónde y cómo pasas la mayor parte de tu tiempo? ¿Te sirve lo que estás haciendo para un futuro? ¿Te conduce a una vida mejor? Y si no es así, debes de reconsiderar tus rutinas diarias y efectuar cambios.

 2. Te quejas demasiado.

Existen personas que constantemente están descontentas con la vida, y que nunca dejan de hablar sobre este tema. ¿Te consideras una de ellas? ¿Te quejas de tu trabajo, de tu jefe, de tu salario, de tus vecinos y de tu marido o esposa? Si esta es tu realidad, date cuenta que no estás cambiando nada, sólo estás irradiando energía negativa. Tus quejas no te llevan a ninguna parte, trata de hablar más sobre lo que te gusta y no sobre lo que no le gusta, y así verás resultados positivos.

 3. No alimentas la mente (intelecto).

Si no estás en constante crecimiento como persona, entonces estás estancada al igual que una posa que por ausencia de la corriente se llena de musgo. Sucede lo mismo con la mente si no la mantienes activa y no estudias cosas nuevas. Sólo los desafíos positivos serán capaces de abrirte la mente.

 4. Tienes muchos diálogos internos negativos. 

El diálogo interno puede ser muy importante para ti. Tal como dijo Henry Ford: ”Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Si te dices a ti mismo que no eres lo suficientemente inteligente como para recibir un aumento de sueldo o iniciar un negocio, entonces tendrás razón. Si te dices a ti mismo que estás muy cansado como para esforzarte en cambiar tu estilo de vida, entonces tendrás razón. Lo que te digas a ti mismo, se convertirá en una realidad. Mantén tus pensamientos bajo control para que así la vida comience a corresponderlos.
Captura de pantalla 2014-09-03 a la(s) 9.04.24

 5. No sientes inspiración. 

¿Tienes alguna pasión por algo?  Existen muchas personas que piensan que ellos no tienen una pasión, pero en realidad eso no es verdad. Tiene que haber algo que te encante hacer. Trata de descubrir algo que sea realmente emocionante para ti y dedícate a ello lo más que puedas.

 6. No planificas tu futuro.

Por supuesto que es maravilloso vivir “el ahora” y “disfrutar del momento”, pero a veces es necesario mirar hacia adelante para ver, a donde se quiere llegar. Si no tienes una meta o un plan, entonces eres como un barco que se desplaza sin rumbo en el océano, con la esperanza de encontrar algún lugar cómodo. Acepta que es una tontería esperar esto. De la misma manera como un GPS te guía a un destino, necesitas poseer tu propio GPS interno que te guíe a ti.

 7. Pasas demasiado tiempo con personas que no contribuyen a tu crecimiento personal.

Es muy fácil acostumbrarte a salir con personas que no te ayudan a ser mejor. Mientras te sigas juntando con ellos, siempre serás igual. A estos tipos de “amigos” se les puede llamar “vampiros de energía”; ellos te chupan vida sin darte nada positivo a cambio. Entonces intenta rodearte de personas que quieran crecer y que puedan ayudarte a hacerlo.

 8. Eres adicto a tu teléfono

Sin duda, los teléfonos celulares modernos,  son dispositivos sofisticados capaces de cautivar por completo a cualquiera de nosotros. Pero, sólo ponte a pensar ¿cuánto tiempo pierdes con tu “juguete” favorito? Y ¿qué relaciones pueden sufrir por esto? ¿Eres de los que escriben mensajes y se quedan conectados al almorzar con la familia? Entonces sencillamente estás perdiendo los momentos preciosos de la vida personal, o aquellos minutos, que le puedes dedicar a la planificación de tu futuro.

 9. Gastas dinero en cosas innecesarias

Hay una diferencia entre “lo que necesito” y “quiero”. Pienso que esto, casi todos nosotros lo aprendimos aún en el jardín infantil. De todos modos, en la sociedad moderna los límites conceptuales son borrosos (ver punto 8). Por ejemplo, existen muchas personas que están ahogadas con los créditos, pero que en sus manos siempre tienen los últimos modelos de dispositivos móviles. Pero, si nos ponemos a pensar, en realidad lo que necesitamos no es mucho; comida, agua, una casa y las personas que queremos a nuestro lado. Todo el resto, son sólo bonificaciones. Entonces hay que tener en cuenta en lo que nos gastamos el dinero, y así tendremos claridad si podemos hacer cambios, como ahorrar para invertir en el futuro.

 10. No duermes lo suficiente

Todos sabemos el poder del sueño. El sueño es esencial para la buena salud. Si estás demasiado ocupado como para dormir, o sencillamente tienes el mal hábito de pasar despierto hasta las 3 de la mañana, entonces es el momento de reconsiderar tus hábitos.

 11. No cuidas tu cuerpo

No sólo el sueño es importante para la salud, también lo son la comida y el deporte. Pero la influencia positiva de una dieta equilibrada y de ejercicios físicos, no se limita sólo a la pérdida del peso. Se mejoran también el estado mental y el bienestar general. Comienza con pequeños cambios en la dieta y en el nivel de tu actividad, y te asombrarás como cambia tu calidad de vida.

 12. No sales de tu zona de confort

Todos sabemos que es muy fácil vivir en una zona de confort. De hecho, cuando voy a un restaurante conocido, siempre pido el mismo plato. No porque esté indecisa de probar otro, sino porque me gusta la comida que pido normalmente. Pero esta no es la zona de confort a la que me refiero. Me refiero a ser capaz de arriesgarnos para mejorar nuestras vidas. También aquí hay que tener en cuenta que existe una diferencia entre lo que es el “riesgo” y el “riesgo calculado”. Ya que cualquier riesgo tiene la posibilidad de ser mortal, pero, el riesgo calculado es aquel en el que  se sopesan todas las posibilidades, y de esta manera, se llega a un buen y razonable plan de acción.

 13. Vives una vida que no te gusta

El progreso o el éxito se mide con el nivel de la felicidad. ¿Eres realmente feliz? Si no es así, entonces es el momento de cambiar algo. Incluso el sentimiento de la satisfacción no quiere decir que viva la vida en su plenitud.
Haz todo lo posible para que sea emocionante y te cause satisfacción.
Si cualquiera de estos 13 puntos te sonaron conocidos, no te desesperes, ya que siempre podrás estar haciendo cambios. Pero lo primero que tienes que hacer es deshacerte de la idea de que nada se puede cambiar. Muchas veces el mayor obstáculo es tu propia forma de pensar. De modo que empieza con tu pensamiento, ya que así cambiarás tu forma de vida!.


Fuente: Ignacia Sanchez en www.upsocl.com
el Rincon del Tibet

jueves, 2 de julio de 2015

Las 10 Vergüenzas de Grecia



La ruina de Grecia es una historia plagada de engaños, despilfarros, irresponsabilidad política y una gran hipocresía social

Grecia no sólo es un país quebrado, sino una de las economías más pobres y menos desarrolladas de Europa desde hace décadas. Y ello, pese a seguir, curiosamente, los dictados de la izquierda radical, puesto que el Estado heleno se ha caracterizado por ser uno de los más intervencionistas de Europa (ocupaba el puesto 100 del ranking mundial sobre facilidad para hacer negocios cuando estalló la crisis del euro) y con uno de los mayores niveles de gasto público.
Y es que, el origen de la tragedia griega, muy al contrario de lo que defienden Syriza o Podemos, no radica en la pretendida austeridad, sino en su desbocado e insostenible sector público. Grecia fue el país de la UE que más aumentó su gasto público real (un 80% entre 1996 y 2008) y su deuda pública (un 400% superior a sus ingresos públicos en 2011) durante los felices años de la burbuja crediticia. Pero estas grandes cifras, siendo relevantes, se tradujeron en hechos muy concretos, cuya realidad ocultan hábilmente partidos como Syriza en Grecia o Podemos en España.
A continuación, se resumen las diez grandes vergüenzas de Grecia que la izquierda europea se niega a reconocer. La ruina helena es una historia llena de mentiras, despilfarros y una enorme hipocresía.

1. Mintieron sobre el déficit público

Lo primero que cabe señalar es que los políticos griegos ocultaron su déficit público real durante años. Cuando el nuevo gobierno de Atenas llegó al poder en 2009, se encontró un agujero fiscal equivalente al 14% del PIB, frente al dato oficial del 3,7% comunicado a Bruselas.
De un día para otro, el déficit pasó de 7.000 a cerca de 30.000 millones de euros, casi cuatro veces más. Este manifiesto engaño evidencia la enorme irresponsabilidad política de los distintos gobiernos griegos.

2. Atenas recurrió a la banca de inversión

La izquierda carga constantemente contra los mercados, en general, y la malvada banca de inversión, en particular, pero olvidan que su admirada Grecia recurrió a los financieros de Wall Street para ocultar sus desastrosas cuentas públicas.
El anterior Gobierno presidido por Yorgos Papandreu reconoció que Grecia mintió en las cifras de déficit y deuda para entrar en el euro y, por tanto, ofreció datos falsos hasta 2009, valiéndose, entre otros, de los servicios de Goldman Sachs. A este respecto, cabe señalar que el hoy presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dirigía las operaciones de Goldman en Europa en 2002, cuando Grecia inició sus fraudulentas operaciones de ingeniería financiera.

3. El Estado causó la quiebra de la banca

Otra verdad incómoda es que, en el caso de Grecia, la quiebra de la banca fue responsabilidad directa del Estado heleno, no al revés. Las entidades financieras se cargaron de deuda pública helena durante los años de la burbuja para financiar el enorme y suntuoso gasto de los distintos gobiernos. Por ello, la banca griega entró en quiebra cuando se aplicó una quita del 50% sobre los bonos helenos en manos de los acreedores privados en 2011, tras acordar el segundo plan de rescate con la troika.
Posteriormente, Europa tuvo que inyectar dinero extra para salvar los depósitos de Grecia. Es decir, los depositantes griegos fueron rescatados con el dinero de los contribuyentes europeos a través de la troika, después de que la insolvencia de Atenas arrastrara a la banca nacional a la quiebra.

4. Vida a todo tren, pero con el dinero de otros

Durante la burbuja, Grecia vivió muy por encima de sus posibilidades reales, recurriendo a una ingente deuda pública para poder financiar ese insostenible nivel de gasto. Más de la mitad de la economía griega dependía, de una u otra forma, del maná estatal, creando así una gran estructura clientelar a base de enchufes, corrupción y subvenciones. Algunos ejemplos:
  • Durante años, y pese a tener un PIB per cápita muy inferior al de España, el salario mínimo en Grecia era un 50% superior.
  • Durante décadas, cuando un partido llegaba al poder enchufaba a gente en el sector público a cambio de su voto, acrecentando de forma insostenible la plantilla estatal.
  • El Hospital Evagelismos, uno de los principales de Atenas, por ejemplo, llegó a tener en nómina a 45 jardineros para cuidar de las cuatro macetas de su entrada; algunos organismos públicos contaban con 50 conductores por cada coche; un antiguo ministro de Agricultura creó una unidad no contabilizada que daba empleo a 270 personas para digitalizar las fotografías de las tierras públicas griegas, sin que ninguno de los contratados tuviera experiencia en fotografía digital, ya que eran carteros, peluqueros, agricultores y, en general, afiliados del partido...
  • El gasto en educación, sanidad y política social fue, de lejos, el que más aumentó hasta el estallido de la crisis de deuda, superando el 31% del PIB en 2012.
  • Además, Grecia, el gran referente de la izquierda radical, era el país de la UE que más dinero destinaba a gasto militar antes de la crisis, con una media superior al 4% del PIB.

5. Exceso de funcionarios e ineficiencia

El empleo público es, sin duda, uno de los grandes paradigmas del despilfarro griego.
- Durante la burbuja, Atenas ni siquiera sabía cuántos empleados tenía en nómina: los sindicatos estimaban unos 700.000, mientras el Gobierno hablaba de 800.000; pero, sumando los contratos temporales, la cifra superó el millón de personas en 2007, equivalente al 10% de la población y a casi el 20% de la fuerza laboral del país.
- Ganaban una media de 1.350 euros mensuales, superando el sueldo medio existente en el sector privado. Pero lo relevante es que la ganancia real de los empleados púbicos era muy superior: además de cobrar dos pagas extra, recibían pluses y remuneraciones adicionales aduciendo todo tipo de excusas, como llegar al trabajo en el horario previsto, presentarse correctamente vestido, usar ordenador o hablar idiomas. Los guardas forestales, por ejemplo, recibían un plus por trabajar al aire libre.
- Sumando todas las extras, los funcionarios de Grecia llegaron a ganar de media más de 70.000 euros al año frente a los 55.000 euros de Alemania.
- Asimismo, los funcionarios también disfrutaban de una pensión vitalicia de 1.000 euros mensuales para las hijas solteras de empleados fallecidos, entre otros muchos privilegios y prebendas.
- Grecia tenía cuatro veces más profesores que Finlandia, el país que mejor nota saca en el Informe PISA de calidad educativa, pero esa superpoblación de docentes sólo le ha servido para estar entre los países europeos con peor nivel en casi todas las pruebas de Enseñanza. Muchos griegos que envían a sus hijos a las escuelas públicas tienen que contratar luego profesores particulares de refuerzo.
- Otro dato curioso es que su Sanidad pública era de las que más invertía en suministros, superando la media de la UE, sin que los griegos sufrieran más enfermedades que el resto de europeos. ¿Razón? Uno de los muchos escándalos destapados durante estos años es que era tradición entre médicos y enfermeras salir de los hospitales cargados con todo tipo de material higiénico y sanitario...

6. Empresas públicas, el culmen del despilfarro

Sin embargo, más allá del desproporcionado número de funcionarios, sus suculentos sueldos o la grave ineficiencia de los servicios públicos, el culmen del despilfarro era su sobredimensionada estructural estatal a base de cientos de empresas, organismos y entidades inútiles. Basta señalar algunos ejemplos para percatarse de dicho despropósito:
  • El sueldo medio en la Renfe griega llegó a superar los 70.000 euros al año, incluyendo las profesiones de baja cualificación. Sus ingresos operativos apenas rondaban los 100 millones al año, mientras que sus gastos alcanzaban los 700 millones.
  • "Hace veinte años, un próspero empresario llamado Stefanos Manos, nombrado después ministro de Finanzas, señaló que sería más barato meter a todos los pasajeros de los ferrocarriles griegos en taxis: sigue siendo verdad", tal y como detalla Michael Lewis en su libro Boomerang: Viajes al nuevo tercer mundo europeo, publicado por Deusto, en donde explica buena parte de los desmanes helenos cometidos durante la burbuja.
  • El presupuesto del metro de Atenas rondaba los 500 millones de euros al año, mientras que los ingresos en taquilla apenas alcanzaban los 90 millones.
  • Grecia también creó un comité para gestionar el Lago Kopais, a pesar de que se secó en 1930.
  • Tras el rescate de la troika, Atenas anunció la eliminación o fusión de 75 organismos públicos en los que trabajan más de 7.000 personas y que, anualmente, recibían 2.700 millones de euros en subvenciones (unos 386.000 euros por cada empleado).

7. Jubilación de oro

Hasta el estallido de la crisis, los griegos se podían jubilar con poco más de 61 años, cobrando casi el 96% de su sueldo, siendo uno de los sistemas de pensiones públicas más generosos (e insostenibles) de la UE.
Pero es que, además, en Grecia existían cerca de 600 categorías laborales que, alegando motivos de salud, podían optar a la jubilación anticipada, establecida en 50 años para las mujeres y 55 para los hombres. Y entre estos últimos beneficiados había todo tipo de profesiones, desde peluqueros hasta trompetistas, flautistas, cocineros, masajistas e incluso presentadores de televisión, entre otros.
Precisamente por ello, los griegos disfrutaban de la mayor esperanza de vida tras la jubilación, y no porque vivieran más, sino porque se jubilaban mucho antes. En concreto, mientras la media de la OCDE es de 18,5 años tras el retiro (en España es de 17,9), los helenos gozaban de más de 24 años de plácida existencia tras la jubilación, a base, eso sí, de pedir prestado un creciente volumen de dinero a los mercados en forma de deuda pública.
Además, el control sobre la gestión de las pensiones era inexistente. Durante la crisis, se han detectado miles de familias que cobraban jubilación años después de que fallecieran sus titulares o prestaciones de desempleo sin tener derecho a ello.

8. Sobornos y evasión fiscal

Grecia también destaca por liderar todos los indicadores de evasión fiscal a nivel europeo. Antes de la crisis, uno de cada cuatro trabajadores no pagaba nada en impuestos, de modo que las arcas públicas dejaban de ingresar entre 15.000 y 20.000 millones de euros al año.
Prueba de ello es que, antes de la crisis, menos de 5.000 contribuyentes griegos, en una población total de casi 12 millones, reconocían cobrar más de 100.000 euros al año. Lewis, por ejemplo, explica en su obra que dos tercios de los médicos privados no pagaban ni un euro de impuestos, ya que declaraban unos ingresos de menos de 12.000 euros al año, el umbral mínimo para empezar a tributar.
Además, los sobornos estaban a la orden del día. Algunos estudios señalan que los griegos se gastaban unos 800 millones de euros al año en mordidas para evitar el pago de multas o para que los funcionarios hicieran la vista gorda, incluyendo los inspectores fiscales. Por poner tan sólo un ejemplo, el Ministerio de Hacienda despidió hace escasos años a 70 funcionarios con un patrimonio inmobiliario medio de 1,2 millones, cuando su sueldo no superaba los 50.000 euros.
Otro dato llamativo es que la proporción de autónomos en Grecia era también de las más altas de la UE, y no porque fueran especialmente emprendedores, sino por la facilidad de ocultar ingresos al Fisco. Por si fuera poco, en años electorales, como 2009, la recaudación bajaba de forma muy sustancial (hasta el 30%), con independencia de cómo evolucionara el PIB, ya que los políticos, sobre todo a nivel local, solían perdonar el pago de impuestos como forma de comprar votos.

9. Deuda pública desbocada

Como consecuencia, toda esta borrachera de gasto y despilfarro estatal se financió emitiendo deuda. Grecia fue el país que más recurrió a la deuda pública durante la época de burbuja y, por ello, su factura anual en el pago de intereses superó, hasta el segundo rescate a Grecia, el 12% de los ingresos públicos (en 2011, antes del rescate alcanzó, el 17%), mientras que en Alemania dicha factura se ha mantenido estable en el 6% de todos los ingresos públicos.

10. Pueden pagar, pero no quieren

Syriza y Podemos reclaman ahora una nueva quita soberana, pese a que el Estado heleno se endeudó voluntariamente para cometer todos los excesos descritos anteriormente, en lugar de que Grecia asuma su responsabilidad y pague lo que debe.
Aunque muchos dicen que es imposible, lo cierto es que, según el Banco Central Europeo (BCE), Atenas posee una enorme cartera de activos públicos, cuyo valor estimado asciende a 300.000 millones de euros, incluyendo empresas, infraestructuras, acciones, participaciones, suelo y todo tipo de bienes inmuebles. Además, Grecia también podría vender islas, playas, oro y hasta monumentos si es necesario con tal de cumplir sus compromisos y evitar el doloroso estigma de la quiebra y posible salida del euro.
Pero ni siquiera haría falta llegar tan lejos: si Atenas redujera el peso del Estado a la mitad (unos 60.000 millones), con la consiguiente privatización de pensiones, sanidad y educación, y vendiera el 50% de sus activos públicos (otros 100.000 millones por lo bajo) su deuda quedaría reducida al 70% del PIB; ello, unido a un compromiso serio de equilibrio presupuestario (déficit cero) y a un ambicioso plan de reformas para liberalizar la economía y bajar impuestos, permitiría reducir aún más su endeudamiento a medio plazo por la vía del crecimiento económico. Grecia puede pagar, lo que pasa es que no quiere y, por lo tanto, todo apunta a que no lo hará.


Fuente: M. Llamas - libremercado.com