sábado, 13 de junio de 2015

Tratado de Corbeil (1258) - El pancatalanismo en pelotas



Tratado de Corbeil (1258)

Se trata de un documento trascendente  Pone de relieve una irrefutable realidad histórica que derriba estrepitosamente la mentira estrafalaria de los ahora llamados “países catalanes”.
El actual territorio catalán estaba enmarcado como territorio francés hasta este tratado. No es error. Los 8 condados autónomos de lo que es hoy Cataluña pagaban entonces vasallaje feudal a la corona francesa, hasta la firma de este tratado en 1258.
Su importancia histórica transcendente es que se firma 29 años después de la reconquista de Mallorca y 20 años después de la de Valencia.


Se deduce que los condados de la parte española, llamados “Marca Hispánica” estaban mejor relacionados con Aragón y que los del sur de Francia, con el rey francés. Siguiendo consejos de “hombres buenos” el rey francés (Luis IX) cede a Jaime los condados de la parte española y el aragonés cede a Luis sus derechos en la parte francesa. Este es en síntesis el Tratado de Corbeil.
El citado Tratado se inicia con estas palabras: ”Es universalmente conocido que existen desavenencias entre el señor rey de Francia y el señor rey de Aragón, de las Mallorcas, y de Valencia, conde de Barcelona y Urgel, señor de Montpellier; por lo que el señor rey de Francia dice que los condados de Barcelona, Besalú, Urgel, etc. son feudos suyos; y el señor rey de Aragón dice que tiene derechos en Carcasona, Tolosa, Narbona, etc.”
Ante este hecho contrastado internacionalmente caen por su base muchas falsedades que se enseñan en libros de texto:
1.- Es falso que la falsamente denominada “corona catalano-aragonesa” conquistara Mallorca y Valencia. Cataluña no existía entonces. ¿Qué invención es ésta de “corona catalana”? Corona ARAGONESA, sin coletillas.
2.- Es imposible que una Cataluña, inexistente política, jurídica, y hasta geográficamente tuviera lengua propia. ¿Cómo pudo dar la lengua catalana a Mallorca y Valencia? ¡milagro!
Después del Tratado, Jaime comenzó su labor legisladora comenzando por la moneda (1 de agosto, 1258. Jaime I legisla sobre la moneda de Barcelona), acercando políticamente los condados ya oficialmente feudatarios suyos. Con el tiempo todo el territorio se llamó Cataluña.
¿Qué lengua hablaban?
Obviamente, el occitano, provenzal o lemosín propio del sur de Francia y condados de la Marca Hispánica. Lean libros magistrales de la también colaboradora de Baleares Liberal, Teresa Puerto, al efecto. La lengua catalana se llamó oficialmente “llemosí” hasta la segunda mitad del siglo XIX.
¿Comprenden por qué los historiadores pancatalanistas silencian siempre que pueden la verdad del Tratado de Corbeil?
¡Evidencia su impostura y su mentira!
2.- DATOS OBTENIDOS DEL COORDINADOR, RECOPILADOR, DOCTOR EN HISTORIA DON GUILLERMO FATÁS CABEZA
Todos conocemos la bandera de ARAGON, pero frecuentemente se desconoce su verdadero origen o incluso se tiene una idea errónea de este.
También todo el mundo sabe que nuestra bandera regional es igual a la de las comunidades catalana y valenciana -o casi igual- pero muy pocos conocen las motivaciones de esta multiplicidad de comunidades con una misma bandera. A través de estas breves líneas voy a intentar aclarar algunas ideas principales. La bandera aragonesa está compuesta de dos elementos principales: la bandera propiamente dicha y el escudo que campea en su centro.
La bandera aragonesa es cuatribarrada y lógicamente tiene cuatro barras y no ocho, como se suele decir. Estas barras se denominan en la ciencia de la heráldica gules, que quiere decir barra roja, y se plasman en nuestra bandera sobre campo de oro, dando así la apariencia de ocho barras (rojas y oro), alternativamente.
El ORIGEN y la paternidad de la bandera aragonesa es POLEMICO.
Durante muchísimos años se dio verosimilitud a una leyenda del historiador catalán Muntaner según la cual, en el siglo IX, el Conde catalán Carlos el Calvo, conmovido ante las heridas sufridas en combate de su servidor Wifredo el Velloso, introdujo cuatro dedos de su mano en las heridas y, manchadas sus yemas en sangre, dibujo en la pared de la estancia cuatro trazos rojos, dándoselos como enseña a él y a sus descendientes. Es en esta historia donde se apoyan los historiadores catalanes para atribuir a su comunidad la paternidad de la bandera cuatribarrada.
Ya en este nuestro siglo, historiadores aragoneses demostraron la FALSEDAD DE LA LEYENDA de Muntaner. La tesis es demoledora: Carlos el Calvo y Wifredo el Velloso no fueron contemporáneos, e incluso vivieron en siglos distintos…..
Sorprendentemente, los ridículos políticos catalanes de la actualidad, ignorando los hechos científicamente demostrados se empecinan en mantener el supuesto origen catalán de nuestra bandera.
Estos mismos historiadores aragoneses, después de larguísimas investigaciones y de recopilar datos en fuentes históricas conservadas de la Alta y de la Baja Edad Media, expusieron su tesis sobre el origen de la bandera cuatribarrada, aportando además datos abrumadores.
Tenemos conocimiento por primera vez de la bandera cuatribarrada a mediados del siglo XI y, hasta 1.707 representará a la Casa Real de Aragón. Sólo a partir del siglo XIII representará a un territorio, el de la Corona de Aragón. Nuestros vecinos y sin embargo queridos catalanes no podían disponer de pendón o bandera, ya que esta era prerrogativa exclusiva de Reyes y CATALUÑA, COMO CONDADO, no disponía de ese privilegio.
Pero el origen primero de los gules es muy épico, muy de acuerdo con el carácter aragonés. Los guerreros aragoneses se defendían con un escudo circular de madera. Lógicamente, por muy resistente que sea la madera con la que el infante confeccionaba su escudo, este se quebraba fácilmente ante los envites y golpes de las armas metálicas del enemigo. Para evitar esta complicación, los guerreros aragoneses reforzaban su escudo con cuatro tiras metálicas colocadas paralelamente. Si a esto unimos la costumbre de pintar la impedimenta de batalla de colores vivos y agresivos, ya podemos imaginar de qué color pintaron los soldados aragoneses las tiras metálicas de sus defensas, de rojo, el color que más agresividad representa.
Respecto al campo o fondo en oro de la bandera, su origen se encuentra en el enfeudamiento o vasallaje del rey aragonés Sancho Ramírez con la Santa Sede. Era costumbre que el Papa concediera a sus vasallos el campo dorado, que era de mayor dignidad que el plateado.
Como conclusión a estos esbozos históricos, señalar que la representación de nuestra bandera más antigua conocida se encuentra en unos frescos del castillo de Alcañiz, datados de entre finales del siglo XII y principios del XIII. Señalar también que algunos historiadores encuentran en nuestra bandera regional el origen de nuestra bandera nacional. En un principio, nuestra bandera nacional fue la enseña de la Marina Real, y una de las candidatas fue la bandera cuatribarrada. Si bien su diseño era muy atractivo, no fue finalmente seleccionada porque en las distancias marinas, mayores habitualmente que las terrestres y debido a un efecto cromático, asemejaban ser de color naranja. Finalmente, y tomando como base a la bandera cuatribarrada se diseño la bandera de la Marina Real con dos gules en campo de oro, o lo que es más conocido hoy, la bandera roja y gualda española.
3.- BARRAS ARAGONESAS-ESCUDO DE ARAGÓN NOTAS TOMADAS DE D. VICENTE GINER BOIRA.
De todos es conocida la mentira extendida por los catalanes sobre Wifredo el Belloso, no nos extenderemos sobre ello y así lo hacemos cumpliendo el deseo de los historiadores.
Pasemos a demostrar nuestra TESIS, en la época de los primeros siglos de la Reconquista, los guerreros defendían su cuerpo con escudos que se embrazaban en el brazo izquierdo o derecho, según fueran diestros o zurdos para proteger su cuerpo y sobre todo su corazón, de las armas enemigas, lanzas, flechas, espadas llevando su espada o su lanza en la mano contraria a la del escudo.
En la época a la que nos referimos esos escudos eran un sencillo armazón de madera dura, recubierta de cuero grueso el cual recibía los golpes que se les lanzaban.
Más adelante fueron de metal los de las personas más pudientes, pero la tropa seguía llevando los de madera y cuero que eran mucho menos pesados, y más manejables.
Como la historia nos ha demostrado y siempre ocurre, se van perfilando diseños que diríamos únicos, y así uno de ellos fue el construir un armazón de maderas entramadas que producía una superficie CURVA donde una serie de barrotes o maderas verticales y paralelas permitían extender cómodamente el cuero sobre ellas. Este cuero con las inclemencias del tiempo y el paso de los ríos con ellos iba estirándose y acoplándose a la armadura de madera, lo cual producía en la superficie exterior del cuero unos relieves, que se correspondían con el molde interior, produciendo un relieve acanalado, marcándose a la vista de las gentes unas líneas verticales que terminaron llamándose varas o barras.
Ya tenemos las siluetas de las barras en los escudos, de los propios monarcas y nobles de Aragón posteriormente el arte de la policromía hizo el resto, sobre esos cueros se pintaban los emblemas distintivos de los guerreros, para que las gentes supieran donde estaba su Jefe.
Toda esta simbología va a marcar es, en definitiva la que va a formar la ciencia de la Heráldica.
El símbolo que fue aceptado como representativo de Aragón y de su Rey, fue el escudo de cuero con relieve de barras verticales, que posteriormente fue policromado, alternando el rojo y el amarillo, hasta que fueron adoptadas definitivamente las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, lo que significaba la vinculación a Roma.
Ahora bien, este escudo no lo llevaron los Condes de Barcelona, excepto el último de ellos, es decirRamón Berenguer IV el Bueno, y lo llevo precisamente al ser Principe consorte de los aragoneses, por matrimonio con Doña Petronila Reina de Aragón.
Esta reina de los aragoneses era la hija única de Ramiro II que siendo monje el Papa obligó a salir del convento, aceptar la corona e incluso casarse para tener sucesión dispensándole para ello de los votos de castidad.
Cuando su misión estuvo cumplida se volvió al convento, comprometiendo en matrimonio a su hija de dos años con Ramón Berenguer IV el Bueno, este espero a que su mujer Doña Petronila alcanzara la pubertad y la edad suficiente para confirmar el matrimonio y quedar formalizada de verdad la unión del Reino de Aragón con el condado de Barcelona.
Los esponsales con su ceremonia se realizaron en 1137, y Berenguer IV Conde de Barcelona no usó del emblema de las Barras de Aragón hasta 1157 (o tal vez hasta 1150), debemos afirmar que aunque gobernaba con el beneplácito de su suegro y de sus nobles, no se consideraba Principe de Aragón hasta que el matrimonio no fue consumado.
Pues pudieran haber ocurrido muchos acontecimientos, contrarios, fue entonces cuando ya teniendo herederos, se sintió de verdad Principe de Aragón y es a partir de ahí cuando apareció por primera vez en la historia un Conde de Barcelona llevando en las gualdrapas de su caballo y en su túnica todas las barras de Aragón.
Esta cuestión nos la ha dejado probada el cultísimo investigador valenciano FELIPE MATEU I LLOPIS en Valencia a 15 de Abril de 1977.
La prueba de los sellos y las monedas que Felipe MATEU nos aporta, son el mejor testimonio de cuanto aquí dejamos escrito.
Por tanto las barras son de Aragón y no catalanas aunque después de estos acontecimientos los Condes de Barcelona, El Reino de Valencia, Baleares, Sicilia, Nápoles, la ciudad valenciana de Alguer e incluso el sur de Francia tengan en sus escudos heráldicos la señal “DEL REY “como prueba de que todos ellos formaban parte de la gloriosa Corona de Aragón, como así aparece en documentos, testimonios, historia, escudos, pinturas, tablas, manuscritos, ilustraciones, pergaminos, bordados y tejidos.
En pequeños detalles que componen la Historia, encontramos la explicación de grandes cosas de Nuestra Historia.
Fijémonos en otro detalle Alfonso II, hijo de Ramón Berenguer IV el Bueno usó las barras de Aragón y no el escudo heredado de su padre, pues era inferior al de los Reyes de Aragón ya que el escudo de su padre era de Conde de Barcelona, el escudo que quedo fue el del Reino.
A pesar de ser transmitido por línea femenina. Ya que es bien sabido que en esa época los catalanes instaron en nombrar Rey a Ramón Berenguer IV, pero no pudo realizarlo por no ser de estirpe Real, como recientes publicaciones han probado.
Esta es por tanto la Razón por la cual siempre quedó a los Reyes de la Corona de Aragón el escudo que primitivamente perteneció en exclusiva a dichos monarcas.
Quedando después unida a España unido también a los otros cuarteles de León, de Castilla, de Navarra, y de Granada, en el escudo que hoy tenemos como emblema de nuestra ESPAÑA.
Esas son las cuatro barras de Aragón que nos trajo el Rey Jaime I en su escudo y nos las dejó a VALENCIA, como propias por el amor inmenso que a nuestro Reino tuvo toda su vida.

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