YO SÍ TENGO MIEDO (Jo sí tinc por)
La peor manera de combatir el terror es con reacciones emocionales que nieguen la realidad, creyendo ilusoriamente que las palabras y los sentimientos subjetivos conjuran los males reales, físicos y objetivos. Es como el niño que ante la amenaza real e inminente cierra los ojos e imagina que se teletransporta, desaparece, se hace invisible o, al menos, inmune al peligro que le atenaza.
Esto sí me da miedo.
La matanza terrorista perpetrada por islamistas seguidores de Daesh a mí si me da miedo, mucho miedo:
-Me dan miedo, porque siendo una célula poco sofisticada, carente de entrenamiento, formación militar y habiendo visto su plan providencialmente truncado han sido, sin embargo, muy capaces de reaccionar y causar un daño tremendo.
-Me dan miedo, porque, en el momento, en que uno de estos grupos tengan la capacidad y disposición de usar un arma nuclear, bacteriológica o química (NBQ) y lo ejecuten en una de nuestras ciudades occidentales o en el Estado de Israel comenzará un conflicto de dimensiones mundiales y sin precedentes. Pensemos que la situación internacional actual resulta más inquietante que en los albores de la Primera Guerra Mundial o que en el periodo de entre guerras.
-Me dan miedo porque ellos sí que tienen una estrategia. Ahora mismo se están agrupando… Son decenas de miles, ocultos entre la población civil, están limpiando sus armas, a veces rudimentarias y poco convencionales, y saben lo que hacen. Lo llaman el fin de los tiempos. ¿Saben el motivo de las decapitaciones? ¿Las crucifixiones? ¿El renacer de la esclavitud? ¿Cree que se lo inventaron ellos? ¡Todo está en su libro! … En su interpretación. Es lo único que han leído. Lo leen todo el tiempo, sin parar. Están allí por un solo y único motivo: Morir por el Califato y conseguir un mundo sin infieles.
-Me da miedo el Daesh, no el Islam en su conjunto, solo, eso sí, aquellas interpretaciones que conducen a personas de fe musulmana a abrazar el terrorismo, principalmente wahabíes, salfistas, y takfiristas.
-Pero lo que más miedo me da es la falta de realismo de la opinión pública occidental bajo la mordaza de lo políticamente correcto, su falta de sentido y comprensión del problema, sus eslóganes ridículos, su ausencia absoluta de visión y análisis teológico, su falso buenísimo a costa de las víctimas y su falta de consistencia a la hora de valorar la amenaza.
Esto último es lo que más
miedo me da.
Aquilino Cayuela catedrático de ética moral en Núremberg