Otra perla que he encontrado por ahí.
Los socialistas, al ser oficialmente laicos, se ven obligados a prescindir de las divinidades. Pero conscientes del poder que los ídolos tienen aún entre la gente sencilla, en Andalucía no han tardado en crear uno, aún a costa de ocultar aspectos fundamentales del personaje en cuestión.
De este modo, a los andaluces nos han endosado a Blas Infante, guardándose la Junta de Andalucía muy bien de silenciar sus ideas, que de haberse conocido hubieran generado el rechazo mayoritario de quienes vivimos en esta parte de ESPAÑA, sin que por el momento mostremos interés alguno por volver a los reinos de taifas y mucho menos por vivir en un país islamista.
En efecto, Blas Infante con 39 años peregrinó a Agmhad, pueblo cercano a Marrachek, -la Meca le quedaba muy lejos-, y el 15 de septiembre de 1924 realizó públicamente la shahada, - especie de bautismo musulmán-, convirtiéndose al islam y adoptando el nombre de Ahmad.
La ceremonia consistió en dar las siete vueltas preceptivas en sentido opuesto a las agujas del reloj, alrededor de la tumba del último rey moro de Córdoba y Sevilla, Al-Mutamid. Al finalizar, los testigos moriscos presentes le regalaron una chilaba y un puñal bereber que conservó toda su vida. A su casa en Coria del Río la llamó Dar-al-Farah.
Consecuentemente con lo anterior, he aquí algunas de las ideas de Blas Infante, en absoluto inocuas o tangenciales, recogidas en los escritos del llamado “Padre de la Patria andaluza”:
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- “Andalucía fue conquistada por Europa, pero Andalucía
nunca será Europa”.
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- “La Reconquista no fue tal, sino una conquista movida
por la animalidad cristiana”.
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- “La Giralda sevillana está cubierta con el gorro del
cautiverio de la pesada cúpula cristiana”.
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- “Sentimos llegada la hora de consumarse
definitivamente el acabamiento de la vieja España.
Declarémonos separatistas de este Estado.”
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- “El Profeta de nuestros antepasados, de Al-
Andalus...como todos los profetas, será nuestro
Profeta”, es decir, Mahoma.
Blas Infante se presentó repetidamente a las elecciones, unas veces como candidato por el Partido Republicano Federal, y también por la coalición Izquierda Republicana Andaluza. Nunca resultó elegido, quedando a considerable distancia de sus oponentes políticos.
De haber triunfado su ideología, ¿Se imaginan a las mujeres andaluzas vestidas con el hiyab, como manda el Corán? ¿O al llamado “Padre de la Patria andaluza” haciéndole ascos a los productos de Jabugo? ¿Sin corridas de toros? ¿O rechazando la Semana Santa, las romerías del Rocío o de la Virgen de la Cabeza, de Andújar, por poner solo unos ejemplos? ¿Se imaginan a Andalucía sin catedrales? ¿Con minaretes llamándonos a la oración, y los viernes festivos en lugar de los domingos? ¿O aplicando la sharía, es decir, el derecho musulmán clásico?
De nuevo se demuestra en manos de quienes estamos, políticos cuya ignorancia se ve agigantada si cabe aún más por su ceguera ideológica.